viernes, 12 de agosto de 2016

Historias de Japón 8: Tokyo parte 1

Hi!
Bien, ya estoy llegando al final de la narración de mis vacaciones~ En este caso, empiezo ya a hablar sobre Tokyo!

Como siempre, estas entradas podréis encontrarlas con la etiqueta de "Japón" o en la sección de arriba, de "la vida de Lyn".
Whatever, al tema: dividiré esto en 2 entradas pues contar una semana entera en una sola entrada me parece que va a quedar excesivo.

Comencemos pues:

Tokyo.

Como había dicho, desde Nagoya habíamos cogido un tren para Tokyo. Como íbamos con las maletas y demás, de la estación central cogimos otro tren para la estación de Shinjuku, pero ambas estaciones están relativamente cerca, así que se puede ir andando.

El choque mental al llegar a Tokyo es grande, y más teniendo en cuenta que veníamos de Takayama donde a penas había un alma. Tengo que admitir que al principio, no me gustó. Volvía a hacer calor, la gente no tenía la misma educación que en otros lugares y te tocaba algún empujón, y era muy agobiante moverse por la calle con una maleta tan grande como yo.
Sin embargo, una vez superada la toma de contacto, me fue gustando. Es una ciudad enorme, sí, pero no te da la sensación de que haya taaaaaanta gente. Las calles como siempre, son amplias y aunque si hay un continuo ir y venir de gente, es bastante llevadero. No es la típica calle en la que no te puedes mover a penas, no es como Time's Square en hora punta. Así que repito, si bien es una ciudad que tiene el equivalente a toda la población de España, no váis a tener esa sensación de agobio. 
A nivel de tamaño de la ciudad, como te mueves en metro, no te parece tampoco tan grande; puedes llegar a cualquier lugar en unos 10-15 minutos, así que  una vez estás allí no piensas en ello como una de las mayores urbes del planeta: es una ciudad, y ya está. Depende también de la concepción de cada uno.

En fin, nos salimos rápidamente de las calles pricipales y callejeamos por callejones con pintas un poco más suburbiales como todo en mi viaje hasta llegar al apartamento. Nuestro apartamento se encontraba en un callejón y era un bloque de pisos entre varios lujosos hoteles de amor, con luces, fuentes y pintas muy chics (?)
A mi malestar inicial se le unió que...bueno, no teníamos tele en el apartamento. Hablando sobre el apartamento, era un piso pequeño, con una cocina salón y dos habitaciones separadas por puertas correderas de la estancia principal, y que comunicaban una con otra por el balcón. No tenían tatami ni futones, eran camas normales, y el baño, como siempre, dividido en dos. El piso en sí estaba bien, pero la tele fue una herida mortal.

Como ya era tarde para hacer turismo, dimos una vuelta por el barrio -ya era casi de noche- y luego nos colamos por unas estrechas y empinadas callejuelas llenas de locales de comida a ambos lados. Pequeños bares con sitio para 4-5 personas, sin puertas y con la cocina delante de la barra. La calle estaba totalmente abarrotada y prácticamente tenías que correr para coger un sitio en alguno de esos locales. Finalmente conseguimos entrar en uno -aunque "entrar" no sea lo más correcto, pues mi silla estaba casi en la calle- y cenar unos fideos y unas giozas.  Después de eso, volvimos al piso poniendo fin al primer día de contacto en Tokyo.


Al día siguiente pusimos rumbo a uno de los parques de Shinjuku -pues hay dos, uno gratuito y el otro es más tipo jardín botánico, hay que pagar.- en este caso, fuimos primero a ver el que era gratis xD

La entrada y la salida están marcadas por grandes toriis de madera; el parque en sí solo tiene un par de templos en su interior, el resto son amplios paseos de gravilla entre árboles.
Es bonito para pasear y se está bastante fresco dentro de lo que cabe, debido a la sombra de los árboles, pero no tiene ningún interés. Como curiosidad, junto a la entrada tienen una especie de exposición, a un lado, de barilles de sake y al otro, de toneles de vino francés (?)
El templo que hay dentro tampoco tiene nada especial, y es más, cuando fuimos una parte estaba en obras. Tuvimos la suerte, eso sí, de ver pasar una comitiva nupcial hacia el templo, muy bonito  ^^


Tras ver el parque -creíamos que habría bandas de música o cosplayers o algo en él, pero solo vimos a un grupo junto a la entrada...- Fuimos hasta la calle de la modernidad y la ropa estrafalaria por excelencia, Takeshita.
Es una calle estrecha y por eso parece más abarrotada que el resto. A ambos lados, maids cafés, heladerías, creperías, tiendas de ropa, tiendas de souvenirs, máas tiendas de ropa..... Fue ahí donde vi lolis, chicas vestidas a lo arcoíris total, chicas con pintas de femme fatale....una calle muy interesante, la verdad. También había locales de música, karaokes y lo que parecían ¿discotecas? Ropa punk, ropa loli, camisetas de nebulosas con gatitos....y un largo etc de cosas raras.

En fin, dejamos esa calle -a la que por cierto, volvimos otro día, pero eso lo contaré más tarde- y seguimos callejeando en dirección a Shibuya. De camino paramos en una cafetería en la que sinceramente, probé la mejor limonada de mi vida. Qué bueno estaba aquello pls...

El caso, después de comer nos fuimos a Shibuya a hacer fotos con la estatua de Hachiko y con el tíipico y tópico paso de peatones.
En frente del cruce hay un edificio -¿Centro comercial, quizá?- al que subimos para hacer las fotos, como esta:

Estuvimos un rato junto a la entrada de la estación de Shibuya, contemplando el ir y venir de gente. Creo que estuvimos tanto tiempo allí parados que hasta se nos acercaron un par de chicos, guías voluntarios de esos de los que os hablé, a preguntarnos si necesitábamos ayuda. Una gente muy maja en serio, la plazoleta de la estación de Shibuya está llena de ellos, y me parece adorable x'3 También hay abuelitos que supongo, van allí a contemplar el panorama y a hablar con extranjeros, como nos pasó a nosotros xDD

En fin, después seguimos recorriendo la zona a pie, y así, como aspectos reseñables que vi por la calle, destaca el Disney Store, cuya entrada es pequeña pero tiene forma de castillo -por cierto, no lo he dicho, en Kioto también hay uno!- , un Berska como de...¿4 plantas? , y un godzilla emparedado en un muro. Literal. Recordaba terriblemente al titán simio emparedado en el muro....en fin.

Tras esto y por insistencia mía, fuimos a hacer una primera ronda de reconocimiento a Akihabara, el barrio de las frikadas y demás. Como era domingo, el tráfico estaba cortado y podías andar por la carretera.
Quiero avisar de que Akihabara a primera vista es decepcionante: vas con la idea de que verás un millón y medio de carteles gigantes de tus animes, de que habrá maquetas de cartón a tamaño real en la entrada de todas las tiendas y que dichas tiendas serán enormes, llenas de neones, pantallas y música. Y no, no es para tanto.
Es más, a primera vista parece una calle normal. Las tiendas son estrechas y las entradas bastante austeras. Así que, aunque es un sitio que me gustó, no es tan increíble como te lo imaginas.


Lo más impresionante que veréis.
Eso sí, consejito: Akihabara es grande, y las tiendas suelen tener entre 4 y 8 pisos. No se ve entero en un día, ni en dos, y después de subir y bajar escaleras media tarde, ya te da igual lo que haya. Para verlo entero necesitaráis semanas, así que os aconsejo que si váis a ir, fichéis antes de nada las tiendas que os interesaría ver  -Animate, por ejemplo, etc- para por lo menos, ver algo que seguro os gusta. Porque luego acabaréis como yo, metida en una tienda de jugetes vintage con unas muñecas que daban mucho miedo.....o en un edificio de consolas cuando yo de eso no tengo ni repajolera idea.
Después de que hayáis visto lo que queráis ver seguro, podéis ir por ahí a ver qué encontráis.

En fin, ese día visité el Animate, un edificio lleno de merchan de anime en su mayoría, otomes, y demás. Había mangas, artbooks, música, música y más música, tanto de animes como de cantantes y grupos; revistas, y merchan vario. Tenían una planta para cada tipo de merchan y no lo logré ver entero.

Tras patearme el animate, me compré una revista no me arrepiento de nada de seiyuus y bueno, abandonamos el Akihabara por el momento.


Al día siguiente, tuvo lugar el que creo, fue el día más productivo de toda mi estancia en Tokyo.

Cogimos un metro hasta Asakusa, lugar que por cierto, cuenta con su propia oficina de turismo. Supongo que al ser una ciudad tan grande, cada barrio cuenta con una. En fin, en Asakusa fuimos a visitar el Senso-ji, un templo conocido por tener una graaaan puerta con un farolillo gigante rojo en el centro.
Antes de llegar, como es obvio callejeamos y demás, y en Asakusa fue en uno de los lugares en los que más calesas vi: para los que no sepan que es una calesa, es como un carro del que tira una persona. Es una de las cosas más "típicas" de Asakusa, ver las calesas e incluso dar un paseo en ellas. En los cruces y por las calles veías a los porteadores esperando a los clientes. Y qué porteadores, pls....imaginaos como tienen que estar para poder correr tirando de un carro con personas. La mayoría estaban supermorenos y tenían unas piernas que era una alegría verlas, pues debido al calor, llevaban solo una especie de boxers.....
En fin me estoy yendo del tema. El caso, que ver porteadores en Asakusa es muy interesante.

Volviendo al tema principial, el templo de Senso-ji, sí. La entrada es esta:

En fin, una vez pasas por debajo del farolillo, te encuentras ante una gran calle recta flanqueada a ambos lados por puestos de souvenirs,tanto los típicos souvenirs (llaveros, imanes, etc) como con puestos exclusivos de palillos, de abanicos, de yukatas....

Es un lugar perfecto para comprar los regalos, la mayoría de los míos los compré allí xD hay prácticamente de todo, imanes, llaveros, palillos, tazas y porcelanas, peluches, ropa, campanillas tradicionales, comida....e incluso figuritas y algún juguete vintage.
Al final de dicha calle encontraréis otra puerta gemela a la que os he puesto arriba, alineada con la primera. Con otro farolillo rojo, idéntica.
Donde buda dejó las sandalias....
 Una vez la crucéis, llegaréis al recinto del templo, que es una gran plazoleta en cuyo centro hay un incensario y a ambos lados, otras tiendas, ya más tradicionales, en las que venden amuletos del templo y demás. No sé si lo he comentado,pero en todos los templos encontraréis unas tiendas donde venden amuletos de dicho templo y demás cositas relacionadas con el lugar. Si queréis un souvenir tradicional del todo, es una buena opción comprar en los templos.
Al fondo, como decía, estaba el templo,del cual tampoco guardo especial recuerdo. Puedes entrar descalzándote y hay gente rezando y demás. Creo que no se podía fotografiar los altares, pero una cosa reseñable del templo eran sus techos, decorados.

En fin,una vez visto el templo, retrocedimos sobre nuestros pasos y yo aproveché para fundir todo mi cash en regalos para un montón de gente desagradecida que no me ha dado ni las gracias porque me acordase de ellos y...eso no tiene que ver, lo siento.
El caso, que salimos por donde entramos.
Y ahí entré en acción yo y mis artes de persuasión. En Asakusa, a unos 15-20 minutos andando, había otro templo que quería visitar. Ni siquiera lo tenía planeado, pero por curiosidad lo busqué en el maps y al ver que estaba tan relativamente cerca, pensé que....bueno, podríamos ir.
Con la inocente y vaga escusa de "es un templo en el que hay muchos gatos" (por lo que había visto en las fotos) conseguí que fuésemos.
Hice caminar a mis compañeros bajo el sol abrasador de medio día por calles totalmente desiertas, pues el templo en sí estaba un poco alejado de la zona turística y aquello iba ganando unos tintes periféricos por momentos. Además, la escusa se me iba cayendo por momentos y llevaba al resto convencidos de que íbamos a ver un cementerio de gatos (????)

Y así, llegamos al Imado Shrine. O también conocido como el lugar en el que está enterrado Okita Souji.

No sé si llamarlo templo es mucho decir. Como véis, la entrada la marca un torii con dos carteles -con gatos!- a ambos lados y debajo, un letrero con la bandera del Shinsengumi. No hace falta saber leer japonés para saber que dice que ahí está Okita Souji yo solo sé como se escribe su nombre,por ejemplo.

En fin, el lugar era bastante....cutre. Y mira que lo siento por la pobre alma que allí descansa. No era poco más que un descampado con un par de árboles y un caminito de piedra que llevaba al pequeño templo. Un par de bancos y el típico lugar para poner tablillas con deseos.
El templo era pequeño, más bien era un santuario, y al lado había la típica tiendecita que vende amuletos y demás. No entiendo muy bien el porqué de tanto gato en el templo, pero todas las tablillas de deseos tenían un par de gatos como los que se ven en la primera foto; y los souvenirs también, eran todo gatos. En los amuletos incluso aparecían bordados ese par de gatos. Dentro del santuario, había efectivamente, dos estatuas de ese par de gatos.
Incluso tenían tiestos en forma de gatos. Alucinante.
Quitando la anécdota de los gatos, lo segundo más reseñable es la piedra que marca que allí está Okita; no debe de ser la tumba en sí, pues leí que dicha tumba solo se puede visitar una vez al año. Pero para efectos, ese monolito fue para mi suficiente.

Ya me puedo morir yo en paz.
Como decía, el lugar era bastante decepcionante y no había mucho que ver. Yo básicamente estuve 20 minutos mirando para la piedra que véis ahí arriba.
Soy de una simpleza abrumadora.

En fin como decía, me compré un amuleto de aquel lugar y me fui más contenta que unas pascuas por haber sido capaz de ir allí.
Después de mi gran hito personal, seguía en mi nubecilla así que sin darme cuenta me vi siendo arrastrada hasta el museo del sumo, al cual no entré porque sinceramente, no me importaba gran cosa y aunque fuese feliz cual perdiz, estaba cansada y tenía calor. En mi defensa, decir que no debía de ser la gran cosa pues mis compañeros salieron en 15-20 minutos; allí en Japón llaman a todo museo, cuando no era más que los bajos del estadio donde se hacen los combates de sumo.
En fin.
Tras esto continuamos andando -yo ni siquiera sabía en qué parte de Tokyo estábamos, si seguíamos en Asakusa o dónde, estaba demasiado concentrada en mi paz interior-  y llegamos a un Yoshinoya, o como ya os he contado, un restaurante de comida rápida japonesa.

Tras esto, fuimos a Ueno.
Ueno conecta con Akihabara, pero nostroso fuimos al parque de Ueno. Seguro que os suena, sale en casi todos los animes shojo /escolares, es el tíiiiipico parque al que se va a dar una vuelta, a ver los sakuras...siempre sale, tiene un lago muy mítico en el que hay cisnes a pedales. Ya sabréis cual es.
En el parque de Ueno hay muchas cosas,es un recinto realmente grande: hay varios templos, un gran Museo -creo que de Historia?-, un zoo, un cementerio donde está enterrado el último shogun, el ya citado lago, un enorme campo de lotos, y una graaaaandisima plazoleta, entre otras cosas.

La mencionada plaza/explanada, y al fondo, el museo.
En fin, como decía, el parque contaba con graaandes paseos rodeados de árboles -sospecho que sakuras, pero en verano ya es más difícil de adivinar- y al primer sitio que fuimos fue al campo de lotos. Es una pena que no estuviesen en flor, pero la vista seguía siendo alucinante: pasabas por un camino de gravilla y ambos lados, explanadas sin fin de grandes hojas de loto. Dicho camino llevaba a un templo y una especie de pagoda, y de ahí, el camino seguía hasta el embarcadero del lago.

Los templos no tenían especial interés, eran más bien pequeños santuarios y alguna piedra con inscripciones
Como decía, pasamos un poco de los templos y seguimos hasta el embarcadero. Si mal no recuerdo, tú  pagabas por ¿45 minutos? en barco, y el precio dependía de lo que escogieses; cisne, barco a pedales o barca de remo.
....Sí, servidora se montó en un cisne.
Creo que mi dignidad se quedó en ese lago.
En fin.
Cuac.
El caso, los cisnes son para 3 personas, dos pedaleando y uno dirigiendo el ...cisne. Tú te subes y empiezas a dar vueltas por aquel lago pedaleando como si no hubiese un mañana e intentando no chocar contra las escasas embarcaciones que también rondaban por ahí.  Lo bueno esque tienes una vista del lago desde distintos puntos, así como del parque. Y que ves tortugas.
Y bueno, que te sientes un poco más como en un anime, ahí en el lago de los cisnes a pedal.Y que haces un ridículo espantoso.

En fin, tras esa panorámica del lago, cambiemos de tema. O no, todavía no: había un chaval en un cisne amarillo que cuando nos vio pasar nos hizo una foto me he quedado con tu cara chaval y te voy a partir las piernas.
Ahora sí, cambiemos de tema.
Tras una agotadora media hora de dar pedal, decimos dejar el cisne y nos fuimos a ver que más había en el parque, encontrando así otro pequeño templo/santuario con unos cuantos toriis rojos.
Nada reseñable, solo bajar unas escaleras rodeadas de toriis rojos para encontrar al final un pozo de purificación y un templo de madera. Seguimos caminando hasta llegar a la plaza que os puse arriba, ,en la cual había un mapa que marcaba las direcciones para ir al zoo, al museo y a otro gran templo, entre otras cosas. Como pasamos un poco de ver museos y demás,dimos la vuelta por otro lado, viendo por el camino el templo reseñable del parque. Digo reseñable porque dicho templo fue dibujado por Hiroshige en una de "100 famosas vistas de Edo". Sin embargo, yo no le veía mucho parecido....whatever.

Aquí veis el famoso dibujo; es más impresionante que el templo en sí.

Tras esto, decidimos que ya habíamos visto suficiente parque y salimos; cogimos un metro y fuimos al apartamento, a ducharnos y demás antes de volver a salir de cenar. Fue ese día en el que tuve mi experiencia con la cinta transportadora de sushi: tú te sientas en unos taburetes y cuentas con una pequeña barra para comer, la cual rodea la cinta de sushi; en el centro está el cocinero continuamente cortando y poniendo la comida en la cinta. Te pasan una carta, en la que te explican que cada plato de color corresponde a un determinado tipo de sushi,y te trae la lista de sushis que pueden ir en cada platito. Son porciones muy pequeñas, y el precio depende del color del plato. Si quieres, también puedes pedir algo en concreto de la carta, aunque la gracia está en coger lo que te apetezca de la cinta.
No me hace especial ilusión el sushi, así que tras un platito de salmón y arroz y otro de anguila -no sabía que era anguila, ¿Vale? me di por satisfecha aunque las porciones eran realmente ínfimas.

En fin,como todavía era relativamente pronto según el funcionamiento horario de un occidental, fuimos a dar una vuelta después de comer. En la zona de Shinjuku cercana a los parques, están las tiendas caras y de marca : channel, guci, armani...etc, etc, etc. También hay un graaan centro comercial en el que está Otomate, el café de los otomes. Mi objetivo era ir esa noche, pero estaba cerrado ya, así que fui otro día. Tranquilos, hablaré de ello.

Bueno,para finalizar, paseamos por Shinjuku: es la pera limonera, si no te molesta pasar por barrios de putiferio y demás. En las calles más principales hay mucha gente y ambiente, y siempre sueles ver, hacia el centro de las grandes calles peatonales, grupos de chavales guapos, con ropa moderna y peinados, hablando entre ellos o simplemente con el móvil: son host. Por lo que he leído, los que empiezan nuevos les toca quedarse en la calle atrayendo clientes al negocio. Es...interesante de ver, en serio. También desde la calle oyes música de los karaokes y de los clubs, y en general está todo muy animado. En otra entrada ya hablaré más de ello y pondré fotos.
Es en esta pantalla en la que suelen poner los anuncios de Utapri.


En fin, aquí dejo la entrada por hoy! Espero poder contar todo lo que me queda de Tokyo en la siguiente~ Y después,hablaré de lo que me he comprado y demás.
Y esto ha sido todo,
see you~

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